El sexto
Aquella mañana los tenues colores de la madrugada aparecen en el horizonte y acompañan una esplendorosa calma que da inicio a un nuevo día. Allí en su sencillo escritorio con privilegiada vista el Capitán se siente reconfortado. El silencio de sus letras ha sido prolongado pues su deseo de escribir estuvo ausente durante varios años.
El capitán siempre había pensado que el verdadero destinatario de sus pensamientos y de sus deseos de comunicarse eran con su yo interno. A esto lo conocía como estado de ánimo que suele decaer con los años en los que abundan las noticias sobre la muerte de amigos o de enfermedades. No es fácil lidiar con el desánimo que a veces acompaña la edad pero es indispensable vencerlo. SE aproximó entonces a la puerta de su dormitorio y luego de abrirla inhaló el abundante y fresco aire de la mañana junto al mar. Pensó que un nuevo ciclo de buen ánimo estaba llegando a sus días y se sintió agradecido nuevamente por el regalo de la vida. Es difícil imaginar que vendrá después de la muerte pero es fácil saber y sentir la abundancia y la belleza de la vida….Así pues en el maravilloso entorno que ofrece la bahía en su matutino esplendor….el capitán se aprestó nuevamente a escribir……..
No habrá nunca expresión más grande que la propia naturaleza a la que sin embargo sólo se puede apreciar si dejas convertir tus ojos en diestros pinceles capaces de descubrir los más hermosos colores, tus oídos en sofisticadas cajas de resonancia, tu nariz en fuente sofisticada de aromas, tus dedos en amigables sensores de las formas y texturas y tu espíritu en cabal habitante del paraíso terrenal….! El capitán había tomado conciencia de que quizás el mayor aporte que había recibido de tan venturosos años era haber desarrollado la capacidad de contemplar…….!
