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Aquella mañana los tenues colores de la madrugada aparecen en el horizonte y acompañan una esplendorosa calma que da inicio a un nuevo día. Allí en su sencillo escritorio con privilegiada vista el Capitán se siente reconfortado.  El silencio de sus letras ha sido prolongado pues su deseo de escribir estuvo ausente durante varios años.   El capitán siempre había pensado que el verdadero destinatario de sus pensamientos y de sus deseos de comunicarse eran con su yo interno. A esto lo conocía como estado de ánimo que suele decaer con los años en los que abundan las noticias sobre la muerte

Hacia las 9 de la mañana, el Capitán se encuentra al volante de una vieja station wagon KIA, antigua pero cómoda…enciende la radio que comenta las noticias del día. A los pocos minutos, el hartazgo de las noticias que casi exclusivamente hablan de la pandemia y de todos los males que trae consigo, lo lleva a cambiar de canal para escuchar música grabada.  Haciendo honor a su edad y a los gustos que prevalecieron en su juventud…recuerda a Dean Martín que suena con aquella vieja canción …EVERY BODY LOVES SOMEBODY SOMETIMES y mientras conduce por el desierto divisa cerca del

Moro…. Entonces, se apresta a mirar su teléfono celular que suena insistentemente. Luego, recuerda que debe llenar la planilla de productividad y llevarla a la oficina, pues desde que se inició la cuarentena se dictaron nuevas medidas y cada día los trabajadores deben sustentar el tiempo empleado y el trabajo realizado.  Se aprecia que luego de 3 meses,  el negocio de restaurante y la posada, no están generando ingreso alguno por lo que últimamente se nota un ambiente tenso en las decisiones del Capitán. Acercándose al lugar en que éste se encuentra…le dice ascendiéndolo gratuita y anecdóticamente en el rango

El ajetreo de los pelícanos mientras se asean en el agua es el despertador natural en la madrugada que surge con los primeros rayos de sol desde el horizonte al otro lado de la bahía de PARACAS….Otra bandada de  estas  majestuosas aves marinas,  luego de rasante vuelo, tientan con las extremidades extendidas su aterrizaje en el islote de roca enfrente del acantilado, en cuya base se encuentra una pequeña y exclusiva  playa y una posada mirando al mar. Es el nacimiento de una nueva mañana en la que los habitantes de   esta  pequeña caleta se aprestan a iniciar el día para

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